Diari de campanya 4 Paula Garrués

Esta ha sido una experiencia nueva. Cuando vi que tenía la oportunidad de excavar en Cataluña no dudé en aceptar. Nunca imaginaría que sería la única persona que no fuera catalana, aunque no me quejo, casi he aprendido un idioma en dos semanas. En esta excavación he aprendido a distinguir las cerámicas propias del sitio, y los estratos -que varían entre una amplia gama de marrones- además de que es la primera vez que he trabajado en una criba con agua, y no podemos negarlo, cada yacimiento arqueológico es único.

Estas dos semanas han acabado siendo muy interesantes en el Cardo, mi sector, aunque las termas tampoco se quedan cortas con su pozo. Pese al frío mañanero y el calor, mis compañeros han podido rebajar los estratos, mientras que yo, con la compañía de un par de estudiantes de Bachillerato, nos hemos encargado de encontrar la zanja de cimentación del muro que linda con una construcción contemporánea. A diferencia de varios de mis compañeros, esta no es ni mi primera ni mi segunda excavación. Tampoco soy catalana, y para más inri, acabo de graduarme en Historia, pero he tenido la oportunidad de participar con anterioridad en otras campañas arqueológicas, experiencias que me han dado los conocimientos necesarios para aportar mi granito de arena en este proyecto tan interesante desde mi punto de vista, pues es la primera vez que excavo en un yacimiento integrado no solo en el recinto de su propio museo, sino en el propio núcleo urbano de la ciudad de Guissona.

Y es que estas dos semanas se me han quedado cortas. He conocido a gente nueva maravillosa, he conseguido entender un idioma precioso con el que quizás de otra forma no hubiera entrado en contacto de una forma tan marcada, y he aprendido a enseñar lo que sé de arqueología, aunque sea lo básico, a quienes todavía no habían entrado en el mundo de la Arqueología. Espero haberles contagiado mis ganas de volver a la ciudad romana de Iesso.